El capítulo que nuestro director Mauricio Delfín elaboró para el informe global de la UNESCO “Re|pensar las políticas para la creatividad: plantear la cultura como un bien público global” (2022) ya puede ser descargado, aquí.
Este reporte es la tercera edición parte de una serie diseñada para monitorear la implementación de la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales. El informe provee una visión global del estado de la cultura y los sectores creativos.
A la luz de las conclusiones de este capítulo, se proponen las siguientes recomendaciones:
- Las Partes deben seguir colaborando con las OSC en la elaboración y aplicación de políticas, medidas y planes de recuperación tras la pandemia de COVID-19 tanto en el plano regional como nacional para garantizar unos sectores culturales y creativos dinámicos, sostenibles, justos y diversos, también en el entorno digital.
- Las Partes y las organizaciones de la sociedad civil deben asociarse para evaluar los entornos legislativos y normativos, en particular mediante sistemas de información compartidos e iniciativas de seguimiento y evaluación colaborativos y ágiles, con el fin de crear las condiciones propicias para que las OSC puedan sacar todo el partido de su participación en la gobernanza cultural.
- Las Partes deben aplicar principios y prácticas de gobierno abierto en la gobernanza de la cultura para aumentar la confianza pública y fomentar la innovación cívica, conectando las dimensiones de participación, transparencia y responsabilidad. También deben ampliar el espectro de participación para pasar de un enfoque basado en la información y la consulta a estrategias de empoderamiento de las OSC, ofreciéndoles oportunidades de participar en la creación conjunta y en la toma de decisiones como entidades asociadas o consultoras.
- Las Partes y las OSC deben adoptar las normas existentes sobre participación pública y creación conjunta, así como sobre datos abiertos, con el fin de ayudar a aumentar las competencias y capacidades a todos los niveles, incluido el liderazgo, y de elaborar políticas de fomento de la creatividad fundamentadas, específicas según cada contexto y orientadas hacia objetivos claros.
- Las Partes deben dar prioridad a las iniciativas destinadas a estimular la colaboración con organizaciones profesionales y respaldar a las OSC, artistas y profesionales de la cultura procedentes de grupos vulnerables o que trabajan en sectores culturales y ámbitos de las políticas poco representados.
- Las Partes y las organizaciones de la sociedad civil deben ahondar en el reconocimiento del potencial de las colaboraciones subnacionales para proteger y promover la diversidad de las expresiones culturales. Las prácticas subnacionales innovadoras pueden reproducirse y ampliarse a todo el territorio nacional, lo que también debe llevar a las Partes a invertir en la creación de capacidades para las prácticas de participación cívica y las metodologías participativas, especialmente a nivel local.
- Las Partes y las OSC deben desarrollar programas de capacitación para aprovechar las nuevas prácticas y herramientas digitales, así como los espacios en Internet, para el diálogo participativo y la elaboración de políticas.
- Las Partes deben aplicar y mantener esquemas de financiación sostenibles y transparentes para las OSC a escala nacional, regional e internacional destinados a velar por las oportunidades de colaboración y creación de redes, también en los planes de recuperación posteriores a la pandemia de COVID-19. También deben facilitar las alianzas público-privadas y de la sociedad civil para desarrollar nuevos mecanismos de colaboración en consonancia con la Agenda 2030 e invertir en el fortalecimiento de capacidades para que las OSC establezcan programas de membresía y ofrezcan servicios como fuentes de financiación complementarias, especialmente en los países en desarrollo.
- Las Partes y las OSC deben emprender procesos adicionales de investigación, seguimiento y evaluación para valorar el uso, la eficacia y la transparencia de los mecanismos participativos de diálogo y de toma de decisiones existentes, con el fin de crear y reproducir modelos innovadores. Es necesario seguir trabajando para pasar de unos mecanismos de participación puntuales a otros permanentes y sostenibles.